¡Alegraos siempre en el Señor!

Alegraos siempre en el Señor, os lo repito; alegraos. El Señor está cerca.

Estad siempre alegres. Sed constantes en el orar. Dad gracias en toda ocasión.

La alegría del evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús.

Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento.

Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría. Acogemos en el corazón la palabra del profeta Sofonías (3, 17): “Tu Dios está en medio de ti, poderoso Salvador. Él exulta de gozo por ti, te renueva con su amor y baila por ti con gritos de júbilo.

¡Alegraos en el Señor!