Vamos a contestar aquí, abajo, algunas de las preguntas más frecuentes sobre el Instituto Nuestra Señora de la Vida.
La casa de Notre Dame de Vie, en Venasque, es para los miembros del Instituto como su casa de familia. Van allí, durante sus vacaciones o durante el fin de semana, tanto para descansar como para renovarse espiritualmente. La respuesta concreta es:
Es una consagración secular porque sus miembros viven la secularidad en la sociedad como los demás laicos, pero integrando las exigencias del absoluto de una vida consagrada. Viven una secularidad consagrada.
Para responder a esta pregunta, tenemos que distinguir dos aspectos:
Dios tiene la iniciativa y la persona responde.
La consagración a Dios es pues, una llamada gratuita, sin otra explicación que la libertad divina sobre sus criaturas. Hay hombres que son llamados a entregar completamente su vida a Dios sin haber sido llamados al sacerdocio. En el Instituto Nuestra Señora de la Vida, los laicos consagrados forman la rama masculina: “Hijos de Notre-Dame de Vie”.
Allí, donde son enviados, intentan dar testimonio del amor de Dios, en medio de las relaciones, con las personas de su tiempo, tejidas en la gratuidad, misericordia y comunión.
La Iglesia reconoce el compromiso estable y pleno, de todas las personas que hacen la profesión de los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia, cualquiera que sea la modalidad de vida (religioso o consagrado secular).
La diferencia entre los votos públicos y privados está en su reconocimiento como tales, por la Iglesia. El derecho canónico establece que los votos públicos son recibidos en nombre de la Iglesia, por el Superior legítimo, sino son votos privados.
Los miembros del Instituto Nuestra Señora de la Vida hacen votos públicos.
Cada uno experimenta que en su vida, hay cosas que hace y otras que no, por una cuestión de prioridades.
Por ejemplo, las madres y padres de familia saben que tienen que dedicar tiempo a sus hijos aunque tengan una vida profesional. Esto es prioritario, reservan el tiempo…Podemos también pensar, en el tiempo dedicado a ver la televisión o estar ocupados con las nuevas tecnologías, a veces de emplean mucho más de dos horas…
Resumiendo, podemos decir que “amar y orar” es una elección, simplemente ¡hay que organizarse!
El compromiso en Nuestra Señora de la Vida conlleva varias estancias, de cierta duración, en alguna de las casas de espiritualidad del Instituto. Prácticamente, esto coincide con los tiempos de las vacaciones.
Una persona consagrada se entrega a Dios, en el Instituto donde realiza su vocación, suponiendo cierto desprendimiento respecto a las relaciones de familia. Sin embargo, cada persona es diferente y depende de sus circunstancias.
De forma general, cuando la familia tiene necesidad de ayuda, la persona consagrada se hará más presente y cercana.
El padre María Eugenio estaba muy atento a las necesidades de las familias de los miembros del Instituto y se preocupaba por todos.
La respuesta a esta pregunta, no es completamente sí o completamente no, dependerá de las circunstancias familiares de cada persona.
Los matrimonios de Nuestra Señora de la Vida desean vivir de la espiritualidad del Carmelo y del carisma propio del Instituto de Nuestra Señora de la Vida. Realizan un camino progresivo que les conduce a un doble compromiso: profundizar su relación personal con Cristo, con un tiempo de oración diario y ser testigos de Dios en el mundo, viviendo una vida familiar profundamente cristiana.
Podríamos decir, que cada caso y circunstancia es diferente, ya que es lo propio de un instituto secular, creado para hacerse presente en todos los ambientes y profesiones.
En la gran familia del Carmelo, el Instituto “Nuestra Señora de la Vida” es un Instituto Secular.
El 21 de noviembre de 1973, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y para las Sociedades de Vida Apostólica, reconoce a NUESTRA SEÑORA de la VIDA como un único Instituto constituido por sacerdotes y por hombres y mujeres consagrados.
Correo electrónico:
nuestrasenoravida@gmail.com