Con María y con José esperamos al Emmanuel,
“Dios-con-nosotros” La Navidad es fruto del Espíritu,
de la ternura de Dios, que trae paz al mundo tan herido por la violencia.
“El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”.
La Palabra se hace humanidad y llena el mundo de bondad y de esperanza.
“Se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres (Tt 3,4).
Con la fe de José entramos en la noche y acogemos a Jesús: Luz del mundo,
Amor de Dios para todos. Abrimos la puerta a Jesús, que trae la ternura y la alegría.
Con la confianza y disponibilidad de María nos abrimos
a la gracia de Dios que todo lo habita y lo recrea.
Entramos en la casa de José y de María, la casa de la ternura y del perdón
la casa de la esperanza que colma todas nuestras fatigas, la casa de Jesús,
manantial de alegría que mana sin cesar. Gracias a José y a María llevamos
el misterio de Jesús a nuestra casa. Marana tha ¡Ven, Señor, Jesús!