A la hora tercia, la Providencia me llama a la Orden del Carmelo de Teresa coincidiendo con el momento en que rige sus destinos el P. Mª Eugenio del Niño Jesús, o.c.d., fundador como sabemos del “Instituto Notre Dame de Vie”. Como sencillo novicio, muy poco logro saber de él, pero afianza mi deseo de que mi apellido religioso coincida con el suyo: “Del Niño Jesús”.

Ya estudiante, uno de mis profesores que a la sazón se está graduando en Lovaina, traductor y especialista en la Beata Sor Isabel, nos habla ya detenidamente del Padre Eugenio y nos destaca su obra escrita mas famosa -“Quiero ver a Dios”- como síntesis logradísima de la doctrina de nuestros doctores místicos.

Un paso más. Como diría Fray Luis de León, “no conocí a la Madre Teresa, pero la he conocido en sus hijas”. Lo mismo me ha ocurrido a mí. Han sido sus hijas quienes me han hecho conocer, tanto al “Padre” como a su “Obra”. Con ocasión de mis estudios universitarios en Madrid, entro en contacto con el “Colegio de S. Luis de los Franceses” (Pozuelo de Alarcón), dependiente de la Embajada de Francia y regido por ellas desde 1964. Me acogen muy fraternamente, y desarrollo en él diversas actividades de tipo pastoral, en cuanto compatibles con mis clases: algunos retiros, conferencias con padres de familia, eucaristías, preparación de Primeras Comuniones…

Estos contactos, comienzan con la década de los 70, intensifico mi relación pastoral con un grupo de matrimonios, padres de alumnos, con los que iniciamos una serie periódica de encuentros centrados en la “Pastoral de Oración”. Es en este momento donde brota una red que llamamos “Red de Amigos de Orar”, que da origen a muy corto plazo a la Revista “ORAR”, como “guía para seguir y orientar por el camino de la oración cristiana”. Red y publicación plenamente concordes con el carisma del Carmelo y del Instituto Nuestra Señora de la Vida.

Pasan algunos años, cuando en un momento llamado siempre “Providencia”, una de ellas llega para quedarse en nuestro Burgos, y reiniciamos la mutua colaboración!

Por mi parte, hago cuanto puedo para hacer realidad la ilusión que veo en ella por servir como laica consagrada en la acogida y pastoral espiritual con los peregrinos de ese multisecular fenómeno socio-religioso llamado “Camino de Santiago”. Por si fuera poco, luego nos llegaron otras dos miembros más del “Instituto”: y la colaboración se incrementó con traducciones, publicaciones sobre el Btº. Mª Eugenio, colaboración en el “Centro de Iniciativas de Pastoral de Espiritualidad (Cipe)”. La presencia del “Instituto Notre Dame de Vie” en nuestra España, ha sido para muchísimas personas todo un “regalo de la Providencia”. Sus miembros quieren vivir a la sombra del Carmelo, en presencia del Dios vivo y comunicar la luz y el fuego de su amor.

P. Fernando Domingo, o.c.d.