Tuve la suerte de conocer el Instituto NDVie cuando era joven y compartía actividades del movimiento Montañeras Santa María. Disfruté mucho en la montaña con los diferentes grupos, sus monitoras y responsables. Me enseñó a superar las dificultades, me abrió a otras realidades y necesidades de la vida, pero lo que más me impresionaba después de las largas y exigentes caminatas en silencio, era la hora de la oración. ¡Qué intensos y gozosos momentos compartíamos! Jesús estaba presente en medio de nosotras, nos fortalecía en nuestros propósitos y deseos de profundizar y vivir el Evangelio! Estas profundas experiencias han marcada mi vida…Lo recuerdo con agrado.

Rosario García