Beato María Eugenio del Niño Jesús, sacerdote y fundador.

MEMORIA FACULTATIVA

(ORDEN CARMELO Y DIÓCESIS AUTORIZADAS)

FIESTA (NDV)

MISA

Enrique Grialou nace en el « Gua » (/ga/), provincia del Aveyron (/averón/), el día 2 de diciembre de 1894. Entra en el Carmelo, después de ser ordenado sacerdote, el 4 de febrero de 1922, y recibe el nombre de María Eugenio del Niño Jesús. Desempeña altos cargos en su Orden y realiza una importante labor en relación con las federaciones de carmelitas de Francia. En 1932, funda con María Pilá el instituto secular “Nuestra Señora de la Vida”, cuyos miembros quieren ser testigos del Dios vivo en medio del mundo. Su obra maestra, “Quiero ver a Dios”, anticipa la llamada universal a la santidad, expresada por el Concilio Vaticano II, y promueve la vivencia de la fe en la unión de la acción y de la contemplación. Entra en la vida eterna el 27 de marzo de 1967.

ANTÍFONA DE ENTRADA Sab 7, 27b

“Entrando en las almas buenas de cada generación, la Sabiduría va haciendo amigos de Dios y profetas.”

ORACIÓN COLECTA

Dios rico en misericordia, has dado al beato María Eugenio del Niño Jesús gracia y luz para guiar a tu pueblo por los caminos de la oración contemplativa y del testimonio misionero, hacia la plenitud de la vida en Cristo. Concédenos, por su intercesión, crecer en la docilidad al Espíritu Santo y trabajar, en la fe, para la venida de tu Reino.

Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

LAS LECTURAS

Se toman o del LECCIONARIO DE SEMANA o del COMÚN DE LOS PASTORES O DE LOS SANTOS (RELIGIOSOS)

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Dígnate aceptar, Dios nuestro, este sacrificio que te ofrecemos de todo corazón, en la fiesta del beato María Eugenio del Niño Jesús: fieles a sus enseñanzas, queremos ofrecernos totalmente y celebrar tu alabanza. Por Cristo, nuestro Señor.

PREFACIO DEL COMÚN (PASTORES O SANTOS -RELIGIOSOS-)

ANTÍFONA DE LA COMUNIÓN Jn 15, 15

Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor: a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Dios todopoderoso, por la participación en la mesa celestial, consolida y aumenta las fuerzas espirituales en todos los que celebramos la fiesta del beato María Eugenio del Niño Jesús. Ayúdanos a guardar en su integridad el don de la fe, y a avanzar por el camino de la salvación. Por Cristo, nuestro Señor.

 


OFICIO DE LECTURAS

PRIMERA LECTURA

DEL COMÚN DE PASTORES O SANTOS (RELIGIOSOS)

SEGUNDA LECTURA

Escritos del beato María-Eugenio del Niño-Jesús, sacerdote. (QUIERO VER A DIOS, EDE, 4ª edición, 2016, pgs.1219-1220)

De un modo especial en su obra común, el Espíritu Santo glorifica a los instrumentos que ha escogido. El Espíritu Santo se hace humilde con los santos, para glorificarlos. Inspirador de la obra por su luz, agente eficaz por su omnipotencia, se oculta bajo los rasgos humanos del apóstol. Quien quisiera analizar los caracteres de esta obra podría encontrar de hecho la razón de ser de cada uno de ellos en la personalidad del santo. Las obras y las múltiples instituciones en las que el Espíritu ha puesto su levadura de inmortalidad y de las que la Iglesia se gloría demuestran admirablemente los dones, las tendencias, el genio diverso de su fundador. El Espíritu aparece en este mundo bajo mil semblantes humanos, en los que su presencia oculta imprime el reflejo de su poder y de su gracia. Este Espíritu no se repite jamás en las formas exteriores que ha escogido. ¿No es por esto, por lo que san Juan de la Cruz aconseja que nunca se tome a un santo como modelo? Sería exponerse a una falta de flexibilidad, a ser infiel a la moción del Espíritu, que manifiesta su poder y su cualidad de Espíritu en la variedad de sus obras y en la perfección de su encarnación en cada uno de sus instrumentos.

Los delicados encantos de esta colaboración afectuosa de Dios y del alma, estos juegos del amor, unas veces brillantes, otras ocultos, que los une, todos estos esplendores de humildad y de poder no son más que bellezas de la tierra, un reflejo que nos viene de la belleza de la obra que el Espíritu Santo edifica. La obra es la esposa que sube del desierto apoyada en su Amado, la obra maestra de la misericordia divina, el Cristo total en quien ha reunido y hacia el que ha orientado todas las cosas. Por la belleza de esta Iglesia de Dios ha ofrecido Jesús su sangre, y el Espíritu continúa inmolando sus víctimas después de haberlas cargado de los dones maravillosos de su gracia. Todos estamos consagrados a la consumación de esta obra. Sobre ella deben permanecer nuestras miradas amorosa y obstinadamente fijas.

El santo no es tal sino porque ha entrado por la unión transformante en el Cristo total. Identificado con Cristo Jesús, continúa su oración sacerdotal de unión; con el Espíritu de amor gime «suspirando por la adopción», y trabaja bajo su acción por consumar en la unidad a los que predestinó a reproducir la imagen de su Hijo.

RESPONSORIO Rom 8, 23-24

R. También nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu,
* aguardamos la adopción filial, la redención de nuestro cuerpo.
V. Pues hemos sido salvados en esperanza.
* aguardamos la adopción filial, la redención de nuestro cuerpo.

Himno: Te Deum

Antífonas cánticos evangélicos

LAUDES: No seréis vosotros quienes hablaréis, el Espíritu de vuestro Padre hablará en vosotros.

VÍSPERAS: Bienaventurado el criado fiel y prudente, a quien el señor encarga de dar a la servidumbre la comida a sus horas.

ORACIÓN:

Dios rico en misericordia, has dado al beato María Eugenio del Niño Jesús gracia y luz para guiar a tu pueblo por los caminos de la oración contemplativa y del testimonio misionero, hacia la plenitud de la vida en Cristo. Concédenos, por su intercesión, crecer en la docilidad al Espíritu Santo y trabajar, en la fe, para la venida de tu Reino.
Por Jesucristo, tu Hijo, nuestro Señor, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.