«(…) para nacer bajo el soplo del Espíritu, es necesario ser pobre, confiado y dependiente en todo de Dios. O más bien: renacer no es otra cosa que convertirse progresivamente en niño. (…)
“Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios”, es decir, son aquellos que, por su pobreza espiritual y desprendimiento de sí mismos, han perdido sus propias operaciones y han entrado en el seno de Dios donde están su vida y sus movimientos dependen en todo del Espíritu que genera. Tal es el significado de la infancia espiritual”.

Beato Padre M.Eugenio del Niño Jésus | 1894 – 1967
Quiero ver a Dios [843]