La noche ha sido larga y el día ya despunta
con los ojos cargados y el cuerpo cansado,
pero con el alma en vilo los discípulos corren al sepulcro.
Tienen, Señor, necesidad de verte,
de saber que estás ahí, aunque sea muerto.
Parecen decirse unos a otros en silencio:
“Si nos quitan al Señor, ¿qué nos queda?”.
Nos queda Señor la Esperanza de tu palabra y de tu promesa.

Feliz Pascua de Resurrección
José Alberto Manso, OCD
CIPE