Con María en el adviento

Acudimos a ti, oh María fuente inagotable de paz y de ternura, en ti se asoma el Niño Dios para alegrar al mundo.

Contigo, María, recogemos las lágrimas, el dolor y las esperanzas de la humanidad y las ponemos junto a Jesús a quien llevas dentro.

Contigo contemplamos el misterio de Dios encarnado.

Préstanos María tus ojos para mirar y admirar, para adorar en silencio, el misterio de la Encarnación.

Reaviva la brasa de la fe en nuestros corazones para decirle a Dios contigo: ¡Hágase en mi tu palabra!